Curazao llega con buen impulso tras una serie de resultados favorables, acumulando cuatro victorias en sus últimos cinco encuentros, destacando especialmente su reciente triunfo por 1-5 frente a Haití en las eliminatorias mundialistas de la CONCACAF. Este resultado refleja el poder ofensivo que ha logrado desplegar la “Familia Azul”, aunque también estuvo influenciado por las debilidades defensivas de un rival en plena etapa de reconstrucción. Si bien la goleada es alentadora, no garantiza un dominio sostenido cuando enfrente a selecciones de mayor solidez táctica y física, como suele ocurrir en escenarios más exigentes como la Copa Oro, donde el nivel de competitividad es mucho más equilibrado y desafiante.
El Salvador atraviesa un momento de resultados mixtos, con apenas una victoria en sus últimos cinco compromisos, acompañada de tres empates y una derrota, lo que refleja cierta dificultad para conseguir triunfos, pero también una capacidad para mantenerse competitivo. Su empate más reciente por 1-1 ante Surinam, en el marco de las eliminatorias mundialistas, evidenció la resiliencia del conjunto salvadoreño, que ha mostrado solidez defensiva y orden táctico pese a no contar con un gran poder ofensivo. Aunque le cuesta imponerse, sigue siendo un rival incómodo que sabe mantener la paridad en partidos cerrados.
